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INGREDIENTES

Rosquillas de Semana Santa:

  • 250 g de harina
  • 1 huevo grande
  • 50 g de leche
  • 30 g de anís dulce
  • 40 g de azúcar
  • 10 g de levadura química
  • 1 naranja
  • 35 g de aceite de oliva virgen extra
  • Azúcar para rebozar y virgen extra para freír

Almíbar de las rosquillas:

  • 1 vaso y 1/2 de agua
  • 50 g de azúcar
  • 2 cucharadas de miel
  • 25 g de anís dulce
  • 1 ramita de canela y piel de naranja

Hojuelas con miel:

  • 160 g de harina
  • 1 huevo
  • 1 limón
  • Anís dulce y miel
  • Virgen extra

 

PROCESO DE COCINA

Para el almíbar, poner un cazo al fuego con el agua, el azúcar, la miel, la ramita de canela, la piel de media naranja y el anís dulce. Dejar hervir, bajar el fuego y cocinar 10 minutos.

Mientras tanto, disponer en un cuenco la piel de la naranja rallada, el azúcar y el huevo. Batir con la varilla hasta no sentir el azúcar e incorporar la leche, el anís y el aceite.

Agregar la harina y la levadura química. Mezclar con la varilla, poco a poco, hasta que la masa tenga consistencia. Terminar de mezclar con la espátula hasta tener una masa bien pegajosa. Tapar y dejar reposar entre 10 y 15 minutos.

Con las manos engrasadas con aceite, coger entonces pequeñas porciones de masa, dar forma de pelota, aplastar ligeramente y hacer con los dedos un agujero grande en el centro. Terminar de dar la forma clásica de rosquilla y freír en aceite a temperatura media-alta

Cuando tengamos todos los roscos fritos y hayan perdido temperatura, remojar unos segundos en el almíbar tibio o frío, dejar reposar unos minutos para que empapen bien, y rebozar por azúcar. (Llevar a la mesa o guardar bien tapados para poder comerlos durante días)

Para las hojuelas, mezclar en un cuenco el huevo con medio cascarón de huevo de aceite y otro medio de anís. Rallar un poco de piel de limón y batir bien con la varilla manual.

Incorporar la harina, poco a poco, hasta obtener una masa blanda que se despega bien de las manos.

Coger pequeñas porciones, estirar bien con ayuda del rodillo y freír en aceite caliente hasta que doren.

(Solo nos resta verter hilos finos de miel por encima de las hojuelas que acabamos de preparar)