INGREDIENTES
Base de la tarta:
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200 g de galletas
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100 g de mantequilla sin sal
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2 cucharadas de cacao en polvo
Mousse:
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200 g de chocolate
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200 g de azúcar glasé
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500 g de queso crema
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200 ml de nata para montar
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1 cucharada de extracto de vainilla
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5 hojas de gelatina
Salsa de chocolate:
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200 g de avellanas tostadas
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200 ml de nata para montar
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200 g de chocolate blanco
PROCESO DE COCINA:
Para la base de la tarta, triturar las galletas con dos cucharadas de cacao en polvo. Mezclar con la mantequilla derretida, cubrir la base de un molde con papel de horno y extender esta mezcla; apretando bien para que quede compacta y guardar al frío.
Poner las hojas de gelatina en remojo para que se hidraten.
Por otro lado, derretir el chocolate troceado al baño María.
Es el momento de calentar la mitad del queso crema al fuego o en el microondas y disolver las hojas de gelatina previamente escurridas.
Batir muy bien el resto del queso crema con el azúcar glasé hasta obtener un resultado cremoso. Agregar el queso crema con la gelatina disuelta, el chocolate derretido y 1 cucharada de extracto de vainilla.
Solo nos resta montar la nata hasta que este cremosa, no en punto de nieve, e ir incorporando poco a poco y con movimientos envolventes, hasta tener la mezcla homogénea.
Sacar la base de la tarta del frío y verter la mousse de chocolate. Alisar con la espátula y dejar enfriar un mínimo de 5 horas.
Para la salsa, picar muy bien las avellanas con la picadora de la batidora hasta obtener una mezcla cremosa.
Calentar la nata al fuego y cuando empiece a hervir, apagar y agregar el chocolate blanco. Cuando esté bien integrado, apartar en un cuenco, agregar la crema de avellanas molidas y mezclar bien.
(Opcionalmente podemos guardar la tarta en el congelador 20 minutos antes de servir. Al sacar del frío, desmoldar la tarta y espolvorear con cacao en polvo)