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INGREDIENTES

Base de la tarta:

  • 300 g de galletas

  • 50 g de pistachos pelados

  • 150 g de mantequilla sin sal

Relleno de la tarta:

  • 500 g de queso mascarpone

  • 150 g de crema de queso viejo

  • 150 g de queso crema

  • 150 g de azúcar

  • 6 hojas de gelatina

Compota de frutos rojos:

  • 150 g de cerezas

  • 300 g de frutos rojos congelados

  • 1 limón y 3 cucharadas de miel

ELABORACIÓN

-Deshuesar las cerezas y reservar.

-Para la salsa de frutos rojos, disponer en una sartén los frutos rojos congelados. Agregar el jugo de 1 limón, medio vaso de agua y 3 buenas cucharadas de miel. Incorporar las cerezas deshuesadas, remover y dejar cocinar a fuego medio, moviendo de vez en cuando, hasta que tengamos una salsa ligeramente espesa que dejaremos enfriar un poco antes de guardar en el frigorífico.

-Para la base de la tarta, moler bien las galletas y los pistachos pelados. Mezclar con la mantequilla derretida y cubrir el fondo y paredes de un molde protegido con papel vegetal. Guardar en el frío para que apelmace.

-Para el relleno de la tarta, sumergir las hojas de gelatina en agua bien fría durante 5 minutos como mínimo.

-Por otro lado, disponer en un cuenco el queso mascarpone, el queso crema, la crema de queso viejo y el azúcar. Mezclar bien con la varilla y reservar.

-Tomar 2 o 3 cucharadas del relleno y calentar en un cazo al fuego hasta que empiece a hervir. Retirar del calor e incorporar las hojas de gelatina bien escurridas y apretadas con las manos. Disolver dentro del relleno caliente y mezclar con el resto.

-Sacar la base de galletas del frío y extender la mitad del relleno sobre esta. Disponer ahora la compota fría de frutos rojos encima y volver a tapar con el relleno de queso sobrante. Alisar la superficie (es importante que el relleno cubra toda la base de galletas).

-Guardar al frío un mínimo de 4 horas.