INGREDIENTES
Masa quebrada:
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250 g de harina de trigo
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125 g de mantequilla sin sal
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1 huevo L
Relleno:
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1 kg de nísperos
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125 g de mantequilla sin sal
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100 g de azúcar moreno
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Canela molida
Natillas caseras:
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1/2 litro de leche
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2 huevos
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2 cucharadas de azúcar
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1 cucharilla de maicena
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1 cucharilla de extracto de vainilla
PROCESO DE COCINA:
Para las natillas, mezclar 2 cucharadas colmadas de azúcar con 1 cucharilla de maicena. Agregar los huevos y batir bien hasta que no haya grumos. Añadir entonces la leche y el extracto de vainilla.
Llevar al fuego y cocinar, sin parar de mover y a fuego medio-alto, hasta que hierva. Retirar del calor a otro recipiente frío y reservar.
Para la masa quebrada, disponer la harina en un cuenco y añadir encima la mantequilla cortada en dados a temperatura ambiente. Aplastar, tratando de no mezclar mucho con las manos. Incorporar una pizca de sal, el huevo y 3 cucharadas soperas de agua fría. Mezclar y amasar con las manos hasta que consigamos una mezcla homogénea.
Hacer una bola, envolver en plástico de cocina y guardar en el frío durante unas horas.
Para la base de la tarta, derretir la mantequilla fría en un cazo al fuego con el azúcar moreno. Remover bien con la varilla, dejar al calor hasta que empiece a caramelizar y verter en la base del molde o fuente que vayamos a utilizar para la tarta.
Pelar los nísperos, cortar a la mitad y retirar los huesos.
Disponerlos encima del caramelo con la parte interior hacia arriba, quedando bien pegados entre ellos y cubriendo toda la superficie del molde. Espolvorear con un poco de canela molida.
Sacar la masa quebrada del frío y estirar con ayuda del rodillo. Cortar un poco más grande que el molde y colocar sobre los nísperos. Ajustar la masa a los bordes del molde y meter la masa sobrante hacia el interior haciendo unos pequeños pliegues.
Hacer un agujero en el centro de la masa, a modo de chimenea, y pinchar el resto de la masa con las púas de un tenedor o con el propio cuchillo.
Cocinar, entre 35 y 40 minutos, en el horno precalentado a 180º C.