Aprendemos el procedimiento de creación artesana de cerámicas.La arcilla, el agua y el fuego se combinan para dar lugar a toda clase de objetos cerámicos. Su vigencia nos habla de una técnica artística que ha supervivido a la industrialización sin apenas modificaciones. En un taller de la calle Alfarería de Triana, en Sevilla el maestro artesano trabaja con sus manos especializado en la cerámica tradicional.
El proceso se inicia con la preparación de la materia prima, una vez amasado el barro el artesano pone manos a la obra. El torno, está formado por un disco de madera que funciona como volante y es accionado por el pie del alfarero. Esta parte gira sobre un perno, al que va unido un disco de menores dimensiones sobre el que se coloca la arcilla a modelar.
En el torneado se ha de controlar el punto de dureza del material para evitar que la pieza se venga abajo. Se trata de hacerlo con sensibilidad y gusto estético.
Las buenas piezas de cerámica se distinguen por su equilibrio y pureza de sus formas.
Una vez obtenida la estructura básica de la pieza, el alfarero comienza su decoración. Se pueden hacer incisiones de grosor variable, y añadidos de distintas formas.
Los objetos no redondos se pueden hacer con moldes de yeso. Antes de pasar al horno, la masa adquiere consistencia y estabilidad, que evitará que la pieza se deforme durante la cocción. Las piezas reciben un tratamiento de impermeabilización antes de la cochura, que puede hacerse bien por presión en un proceso que se denomina bruñido o mediante la aplicación de una arcilla depurada, barniz u oxido.
Una ver terminado, pasa al horno. El tiempo de cocción es de ocho horas. Una vez cocida, la pieza recibe el nombre de bizcocho. La pieza puede recibir un baño de esmalte o ser coloreada con distintos óxidos que, tras la segunda cochura, darán colorido a la pieza.
Antonio, alfarero, lleva en las manos una tradición milenaria
[Programa Luces y sombras 003, Sección Las técnicas] 25/05/2000 Canal Sur Televisión]
2000: 25 de mayo.