Conocemos las técnicas de la orfebrería artística en el taller de Fernando Marmolejo.
La existencia en Andalucía de yacimientos de metales nobles permite el desarrollo de una larga tradición orfebre.
En el taller de Fernando Marmolejo se desarrolla el oficio con los mismos materiales y herramientas tradicionales.
La materia prima son los metales nobles. Generalmente se trabaja la plata, presentada en lingotes que se transforman en láminas de distinto grosor a través de los rodillos de una maquina de presión que se regula manualmente. Una vez laminado el metal se encontrará casi listo para manipularse con la maleabilidad necesaria que requiera el diseño.
En el caso del repujado, hay que hacer un modelo previo en pasta de pez rubia con almagra y tiza, para amortiguar los golpes del cincel y adaptar la lámina de plata al volumen del repujado. Esta operación requiere gran variedad de cinceles y otros útiles especiales, así como la destreza de los maestros artesanos.
Una vez repujadas, las piezas se someten al sacado de fuego, que consiste en el ensamble de las mismas mediante soldaduras realizadas con una aleación de plata y latón al cincuenta por ciento. Este cordón de plata baja presenta un punto de fusión inferior al de las láminas, por lo que la pieza nunca se verá dañada.
El pulimento final elimina las huellas de la soldadura. La uniformidad a la obra se consigue introduciendo la obra, junto a una barra de plata en una solución química que reacciona con el paso de la corriente eléctrica. Este proceso de electrolisis tiene como fin recubrirla por igual con partículas de plata pura y le dará el brillo y el resplandor característico de los metales preciosos.
Si el metal es oro, se ejecuta directamente en el banco de trabajo por un maestro joyero. Sobre una copia del diseño a modo de plantilla, el artista va colocando las piezas labradas como si de un rompecabezas se tratase.
La delicadeza que requiere su elaboración nos acerca al mundo de las miniaturas, de ahí el gran valor de la joyería.
Su pequeño trabajo obliga a una soldadura muy delicada, empleándose para ello un oro en aleación cuyo punto de fusión es inferior al de las láminas o hilos de oro. Para eliminar las manchas del fuego, las piezas se bañan en ácido sulfúrico y agua. El aspecto mate resultante se elimina con un baño de electrolisis. Con este último tratamiento la pieza recupera su color original, para finalmente ser bruñida con piedras de ágata que acentúan el brillo y la hacen inconfundibles por su especial luminosidad.
La orfebrería realizada en oro y plata adquiere su valor, no sólo por el coste de la materia prima, si no porque la labor creativa, el tiempo invertido y el esfuerzo puesto en su elaboración y acabado, las convierte en piezas originales, únicas, que les confieren el carácter exclusivo de auténticas joyas.
[Programa «Luces y sombras, 011, Sección Las Técnicas 18/07/2000 Canal Sur Televisión]