Val del Omar, el cineasta e inventor nacido en Granada


1996. José Val del Omar, inventor, escritor, fotógrafo y autor de dos obras maestras como “Aguaespejo granadino” y “Fuego en Castilla”, vuelve a ocupar un lugar privilegiado en la historia de la vanguardia cinematográfica europea. Val del Omar fue una figura adelantada a su tiempo que ya en los años 40 miraba a un espectáculo audiovisual total. De esa búsqueda surge en sus numerosos inventos: el objetivo variable, el sonido diafónico o la visión táctil entre otros muchos. De poco le sirvieron ya que el olvido borró de la historia del cine el nombre de Val del Omar, fallecido en 1982. La Filmoteca de Andalucía inició hace algunos años su recuperación restaurando algunas de sus películas.

El periodista Eladio Mateos comenta que Val del Omar fue un visionario, que fue el inventor del zoom y puso en marcha experiencias vanguardistas en busca de emociones; que tenía vocación pedagógica; y que colaboró con NODO.

[Programa “Buenos días Andalucía”, 11 de diciembre de 1996. Canal Sur Televisión]

José Val del Omar (Granada, 27 de octubre de 1904 – 4 de agosto de 1982 )., “… en su niñez se entretenía ingeniando proyecciones a la manera de la linterna mágica y, tras una estancia en París en 1921, descubrió en el cine la vocación de su vida.

En 1925 realizó un largometraje, En un rincón de Andalucía, que posteriormente destruyó al considerarlo un fracaso artístico. En 1928 escampó a través de la prensa especializada sus ideas asombrosamente tempranas acerca de un objetivo de ángulo variable, sobre pantallas cóncavas y para la consecución de efectos de relieve mediante la iluminación; prefigurando así algunas de las grandes líneas de sus búsquedas y descubrimientos posteriores. Al establecerse en Madrid trabó relación con círculos de la cultura cinematográfica y la educación progresista.

De 1932 a 1936 participó en la experiencia de las Misiones Pedagógicas de la República. Rodó en aquellos años un amplio número de documentales –que algunas fuentes cifran en más de cuarenta– de los que, lamentablemente, solamente se conservan actualmente unos pocos. Durante la Guerra Civil colaboró con Josep Renau –artista de gran renombre por sus carteles y fotomontajes activistas– y contribuyó al salvamento de los fondos más valiosos del Museo del Prado y la Biblioteca Nacional. Atrapado en Valencia a la entrada de las fuerzas rebeldes, se vio coaccionado a colaborar en instrumentos de propaganda audiovisual que recordaría después con amargura.

Ya en la posguerra, centró gran parte de sus investigaciones en el campo del sonido, abarcando también la radio y la experimentación electroacústica, registrando en 1944 la primera patente para un sistema de sonido diafónico o binaural –anticipación de los sistemas envolventes que trascienden la estereofonía– que seguiría completando en años sucesivos.

Entre 1953 y 1955 realizó el film Aguaespejo granadino, »un corto ensayo audiovisual de plástica lírica», concebido a su vez como demostración de sus técnicas. Su presentación en los festivales de Berlín (1956) y Bruselas (Competición Internacional del Film Experimental con motivo de la Expo de 1958) causó conmoción y cosechó entusiastas reacciones y reseñas. A continuación realizó Fuego en Castilla, cuya gestación se dilató de 1956 a 1959, donde introdujo los fundamentos de la TactilVisión o iluminación pulsatoria tactil. El poderío de sus imágenes y de su banda sonora electroacústica le merecieron diversos galardones en los festivales de Cannes 1961 … En 1961 rodó en tierras de Galicia un tercer »elemental» –en su concepción de »documentales líricos o abstractos»– que dejó entonces inacabado, retomándolo al término de su vida con el título de Acariño galaico (De barro) y con el propósito de integrarlo, junto a los dos anteriores, en un conjunto que llamó Tríptico Elemental de España. Desde finales de los 50, trabajó en el desarrollo de nuevos formatos y perfeccionamientos técnicos para el cine y la televisión, y para usos educativos de los medios audiovisuales. Dichos asuntos le robaron tiempo a su actividad propiamente artística y, en general, le procuraron profundas decepciones.

Desde 1968, sin embargo, emprendió nuevos proyectos fílmicos que fue reelaborando mentalmente con el paso del tiempo. Ya en su última etapa, rodeándose preferentemente de personas jóvenes y de artistas ajenos a las industrias del espectáculo, reconcilió su mentalidad de poeta y artista con su constante curiosidad por la técnica.

Su panoplia de medios se amplió con el láser, el vídeo, las intuiciones cibernéticas y sus técnicas PLAT (de Picto-Lumínica-Audio-Tactil) …. , murió … a consecuencia de un accidente de automóvil”. Fuente y más información: http://www.valdelomar.com/resumen.php?lang=es&menu_act=2

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11/12/1996

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