«Los voladores de Papantla» eran uno de los contenidos más espectaculares y de mayor éxito del pabellón de México durante la Expo 92. Se trata de un ritual prehispánico asociado a los cultos de fertilidad que se representa mediante el descenso de los danzantes, simbolizando la caída de la lluvia. Se visten con atuendos dieciochescos de influencia española. En otros tiempos iban vestidos de aves, pues también representan halcones o águilas mensajeras del sol que vuelven a la tierra reencarnando a los guerreros sacrificados o muertos en batalla.
Antes de escalar el poste de 30 metros de alto, se inclinan ante la representación del árbol de la vida y bailan «al son del círculo». Después cuatro hombres se dejan caer cabeza abajo desde el poste describiendo círculos: se dejan caer de espaldas y giran con los brazos abiertos durante dos o tres intensos minutos. Arriba se queda un quinto hombre en una estructura cuadrada o hexagonal apoyada en una plataforma tocando la flauta de carrizo y el tambor de conejo. Toca y baila para el sol y los puntos cardinales. La ceremonia establece 13 vueltas, que multiplicadas por los cuatro voladores son 52, número de los años del calendario mesoamericano.
En 2009 fue proclamado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
[Informativo “Expodiario”, 22/04/1992, Canal Sur Televisión].
1992: 16 de septiembre. Día de honor de México en la Expo 92.
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