Quien se fue a Sevilla perdió su silla


El dicho se remonta a la Sevilla del siglo XV. El  arzobispo Alonso de Fonseca el viejo, marcha a Santiago de  Compostela para que su sobrino  Alonso de Fonseca el joven pueda cumplir el destierro al que fue condenado, mediante  el trueque provisional de sedes. Alonso II de Fonseca  ocupa temporalmente la silla arzobispal sevillana, más rica y tranquila,  negándose  a devolverla y   permaneciendo  cuatro años como arzobispo,  aunque su tío la reclamaba. Declaraciones de José Sánchez Herrero (Catedrático Universidad de Sevilla), Manuel Jesús Roldán (historiador) y De Ramón de la Campa (profesor)

Informa: Maru Serrano

[Programa «Abrapalabra» 18/11/2009 Canal Sur Televisión]

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