La Cerámica Sevillana a cuerda seca (2000)


2000: 22 de junio. Emisión de reportaje sobre la fabricación de cerámica a cuerda seca en el taller de Campo.

En la Barriada de Coca de la Piñera, el taller familiar de Campos, decora con la técnica de la cuerda seca, y de forma artesanal, los azulejos sevillanos.

Aunque los productos más demandados son los azulejos que llegan al taller para ser decorados a la cuerda seca.

El proceso se inicia con el diseño de los motivos originales del taller. Tras un boceto en papel el motivo puede pasar a la baldosa por distintos medios. Uno de ellos es el estarcido sobre el azulejo a través de una plantilla de papel vegetal perforado. Estos agujeros permite en traspaso del polvo y marcan una serie de puntos que sirven de guía para el dibujo. Posteriormente el dibujo es perfilado con tinta grasa, compuesta por manganeso y aceite de oliva frito, ayudándose a veces el artista de una vara llamada tiento.

Otro modo de incluir el dibujo es mediante serigrafía, una forma de estampación artística que se utiliza para hacer grandes tiradas del mismo modelo. La regleta imprime presión y la pantalla serigráfica deja su huella de tinta grasa en la baldosa para recibir los colores.

Estas líneas dibujadas con grasa tienen la función de impedir que se mezclen el color de cada área.

En el laboratorio se obtienen las pinturas para decorar los azulejos, cuya base está compuesta de esmalte blanco o transparente, y óxidos en distintas proporciones.

Para la mezcla de estos elementos es necesario un molino hermético, en el que unas bolas muelen la materia prima con un poco de agua, hasta conseguir una masa homogénea. Las fórmulas químicas son propias de esta saga de artesanos. El resultado es una gama exclusiva de colores que imprimen una identidad propia a todas las piezas que de aquí salen.

Ya en el taller de decoración la superficie mate de los azulejos se llena de luz.

Las pinturas son aplicadas con una brocha de cola de caballo y se mantienen separada porque la tinta grasa la retiene o divide. Antiguamente unas cuerdas impregnadas en grasa delimitaban las áres de color, de ahí el nombre de la técnica «decoración a la cuerda seca».Los colores se aplican por tandas; primero todos los espacios de las piezas que llevan el mismo  color. Y a continuación otra tonalidad.

El secado es casi instantáneo.  Para conseguir un resultado más efectista pueden combinarse los colores unos sobre otros, y así crear sombreados.

Una vez decorada toda la superficie, los azulejos dispuestos en unas bandejas pasan al horno para recibir la cochura. Aquí permaneceran ocho horas hasta alcanzar una temperatura cercana a los mil grados. Es este punto de calor se mantendrán durante una hora. Después comienza el periodo de enfriamiento que se prolongará otras ocho horas.

Las piezas salen del horno listas para su embalaje. Los colores se han transformado.

[Programa «Luces y sombras»  007, Sección Las técnicas] 22/06/2000 Canal Sur Televisión]

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