– Los premios suponen un reconocimiento a personas y entidades que contribuyen con su trabajo al fomento de la memoria democrática
Rafael Guerrero, director y presentador del programa «La Memoria» de Radio Andalucía Información, recogió el martes, 17 de enero, en el antiguo convento de Nuestra Señora de los Reyes de Sevilla, el Premio Andalucía a la Recuperación de la Memoria Histórica. El jurado decidió por unanimidad otorgarle el Premio a la aplicación de las nuevas tecnologías en la difusión de la Memoria Histórica. La entrega de premios estuvo presidida por el viceconsejero de Gobernación y Justicia, Juan Jesús Jimenez, acomopañado por el comisario andaluz para la Recuperación de la Memoria Histórica, Juan Gallo.
Los Premios Andalucía a la Recuperación de la Memoria Histórica reconocen cada año -y esta es la tercera edición- a las personas, entidades y municipios que se hayan distinguido por su labor en la recuperación de la Memoria Histórica y en el fomento de la memoria democrática.
El premio a la trayectoria individual, tanto personal como profesional, destinada al reconocimiento a la conducta ejemplar de difusión de los valores de recuperación de la Memoria Histórica ha sido concedido al doctor en Historia Contemporánea de la Universidad de Granada y en la actualidad catedrático de Historia en la Universidad de Almería Fernando Martínez López, por su destacado compromiso con la Memoria Histórica.
Fernando Martínez ha participado en numerosas investigaciones y es autor de varias publicaciones sobre el republicanismo y el exilio republicano español. Asimismo, ha coordinado los trabajos del libro ‘Memoria Viva de Andalucía’, ha revisado junto con otros profesores los trabajos del Mapa de Fosas de Andalucía, forma parte del grupo de expertos para la elaboración del catálogo de lugares de memoria de Andalucía y coordina la investigación sobre los tribunales franquistas de responsabilidades políticas que están llevando a cabo las universidades públicas andaluzas. Asimismo, ha obtenido el premio Libertad de Expresión de la prensa almeriense.
El galardón a la investigación histórica, antropológica o arqueológica más importante y significativa del año ha recaído en la obra ‘La Dictadura en la Dictadura’, de la Fundación de Estudios Sindicales de CCOO de Andalucía, una investigación realizada por los profesores Martínez Foronda, Baena Luque y García Escribano que aborda la represión en Andalucía durante el estado de excepción de 1969. Se trata de un estudio minucioso y riguroso, sostenido en fuentes documentales primarias y en testimonios orales de los que padecieron aquella represión.
El premio a la mejor iniciativa llevada a cabo por entidades sin ánimo de lucro que hayan destacado por su significación en materia de Memoria Histórica ha sido para la Asociación 19 mujeres de Guillena, creada en 2005 por un grupo de familiares de las 17 mujeres que fueron asesinadas por el ejercito franquista en noviembre de 1937 en las tapias del cementerio de la localidad sevillana de Gerena.
El galardón se les ha concedido por el incansable trabajo que realizan para la recuperación de sus restos, las numerosas actividades que han realizado para dar a conocer estos hechos y la investigación llevada a cabo sobre la II República y la represión franquista en Guillena.
En la categoría de entidades locales andaluzas, el premio ha recaído ex aequo en los ayuntamientos de Gerena y de Guillena por el interés que comparten en pro de la memoria histórica de Andalucía y en la tarea de sacar a la luz la represión sufrida en ambas localidades.
El galardón a la mejor labor en el ámbito educativo en los distintos aspectos de la Memoria Histórica ha recaído en el córdobes Juan Ortiz Villalba, licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valencia, catedrático del IES Fernando de Herrera de Sevilla, profesor asociado de la Universidad Pablo de Olavide y miembro de la directiva del Ateneo de Sevilla, por su ardua labor de divulgación de la Memoria Histórica entre la juventud universitaria. Es asimismo coautor de numerosos libros y autor de un libro determinante para comprender el desarrollo y las claves del golpe militar del 18 de julio en Sevilla, concretamente ‘Sevilla 1936: del golpe militar a la guerra civil’.
Por último, el jurado ha premiado en la categoría de aplicación de las nuevas tecnologías en la difusión de la Memoria Histórica al responsable del programa ‘La Memoria’, de Canal Sur Radio, Rafael Guerrero Moreno. Se trata de un programa pionero dedicado exclusivamente a la Memoria Histórica, realizado en Andalucía y difundido a través de internet a todo el mundo, por el que han pasado destacados historiadores españoles y extranjeros y en el que abundan los testimonios orales de los protagonistas de aquel periodo histórico.
Rafael Guerrero Moreno ha sido galardonado con el premio Andalucía de Periodismo 2008, el primer premio 28 de febrero y el premio Defensor de Granada. Guerrero Moreno, granadino, licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, es coordinador en la Dirección de los Servicios Informativos de Canal Sur Televisión, ha sido subdirector y redactor jefe de El Correo de Andalucía, redactor jefe del Diario Jaén y El Día de Granada, y redactor del diario Ideal de Granada.
MILES DE VISITAS Y DE DESCARGAS A TRAVÉS DE INTERNET
«La Memoria» es el único programa de la radio española dedicado a la memoria histórica y lleva en antena seis temporadas en la radio pública andaluza con unas doscientas emisiones semanales acumuladas. Hecho desde Andalucía, este programa se proyecta para todo el mundo gracias a las nuevas tecnologías que se han aprovechado al máximo para la difusión de la problemática de la memoria histórica.
Por tanto, está inserto en el mundo 2.0 complementario a las ondas hertzianas radiofónicas, de tal modo que sus emisiones están disponibles para su difusión mundial con unas 15.000 descargas hasta ahora, a través de la web de Canal Sur – www.canalsur.es – y en el blog específico del programa –http://blogs.canalsur.es/lamemoria/– donde también está disponible para descargas todo el histórico de los programas emitidos desde 2006.
El blog, también pionero en RTVA, acumula un balance de 110.000 visitas desde 2006 con 60.000 visitantes procedentes principalmente de España, pero también de más de un centenar de países de los cinco continentes, aunque con más seguidores de Europa y de América (especialmente de países relacionados con el exilio español tras la Guerra Civil).
«La Memoria» fomenta la interactividad y la participación de sus oyentes a través del blog y del correo electrónico y recientemente se ha incorporado a las redes sociales, concretamente en Twitter con la cuenta @lamemoriaradio.
Destacados historiadores españoles y extranjeros han valorado las aportaciones del programa, especialmente de los testigos y protagonistas veteranos, como fuente para sus investigaciones académicas y profesionales.
El programa «La Memoria» ha sido reconocido con varias e importantes distinciones como el Premio Andalucía de Periodismo en 2008, el Premio 28-F del Parlamento de Andalucía en 2009 y el Premio de la Asociación de la Prensa de Granada al mejor trabajo periodístico en 2007.
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DISCURSO DE RAFAEL GUERRERO, DIRECTOR DEL PROGRAMA “LA MEMORIA”, TRAS RECIBIR EL PREMIO ANDALUCÍA POR LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA EN SU MODALIDAD DE DIFUSIÓN A TRAVÉS DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
PULSE AQUÍ PARA ESCUCHARLO EN AUDIO (MP3)
Sevilla, 17 de enero de 2012
Saludo a autoridades: Viceconsejero de Gobernación y Justicia, delegada del Gobierno andaluz en Sevilla y comisario de la Memoria Histórica.
Gracias al jurado de la tercera edición de estos premios por este reconocimiento, que es el cuarto recibido por el programa La Memoria en sus seis temporadas de historia
Gracias también al equipo, porque este es un trabajo en equipo y, dado que en esta ocasión el premio ha puesto el acento del reconocimiento en las nuevas tecnologías, gracias especialmente al departamento encargado en Canal Sur de la página web y los medios interactivos que dirige Antonio Manfredi, sin cuyo amparo habría sido muy difícil la proyección global del programa.
Dicho esto, quiero hacer especial hincapié en una idea fundamental: que el programa ‘La Memoria’ no habría sido posible fuera del paraguas de lo público.
Como saben, la viabilidad y la necesidad de lo público está siendo ahora seriamente cuestionada y los medios de comunicación públicos, de manera especial, en un tiempo de crisis en el que es preciso apretarse el cinturón para reducir el déficit público, en vez de acabar con el fraude fiscal para recaudar más.
El programa La Memoria habría sido misión imposible en un medio privado. Es más, ha habido otros medios públicos que han podido trasladar la idea a sus territorios y no lo han hecho. [Recuerdo que con motivo del debate sobre la Ley de la Memoria Histórica a finales de 2007 en el Congreso de los Diputados, entrevisté al portavoz de IU Iniciativa per Catalunya, Joan Herrera, cuando gobernaba el tripartito en Catalunya, y me dijo que iba a proponer que se hiciera un programa similar en la radio pública catalana, pero no pasó nada].
¿Por qué un programa como este nació, se desarrolló y ha sobrevivido sólo en Andalucía?
Tal vez porque Andalucía fue la región española donde hubo más represión durante la Guerra Civil y el franquismo (600 fosas comunes y 50.000 fusilados por los golpistas) y por tanto, la comunidad donde la losa de silencio y de olvido impuesto precisaba ser levantada con más fuerza. Pero también porque la opinión pública mayoritaria ha sustentado un Gobierno de orientación ideológica progresista que ha propiciado una radiotelevisión pública sensible a reivindicaciones sociales emergentes y justas como la recuperación de la memoria histórica. Una sensibilidad inexistente en otras comunidades como el pasado año nos recordaba aquí mismo en su discurso el catedrático de Hª Contemporánea de la Universidad de Sevilla, Leandro Álvarez Rey, recordando una reciente visita a la comunidad valenciana.
En ese doble contexto, por un lado, histórico de fuerte represión y olvido, y de necesidad de reivindicar verdad, justicia y reparación y, por otro lado, político mediático de unos medios públicos -y repito lo de públicos, porque con intereses comerciales de por medio esto habría sido inviable-, sólo así se puede justificar que un programa de referencia como La Memoria, sea una realidad. Y por supuesto, en la libertad de criterio profesional con que podemos ejercer nuestro trabajo cada semana, sin instrucciones ni cortapisas, salvo las inducidas por la reducción presupuestaria y de medios derivada de la crisis que en los últimos años nos ha impedido desplazarnos para hacer reportajes o para entrevistar a veteranos represaliados.
Al ser los primeros y los únicos, nos hemos visto obligados a recorrer un camino que hemos ido haciendo al andar, sin fijarnos en otros referentes externos. Hemos ido abriendo un camino sobre el tratamiento informativo de un asunto nuevo, en evolución para la sociedad y no exento de polémica, como el de la memoria histórica. Un camino, una temática que ha ido paralela a un mundo cambiante y en continua evolución como el de las nuevas tecnologías, el de esa gran ventana interactiva al mundo que podemos abrir cada día a través de Internet.
En ese sentido, desde La Memoria no nos hemos conformado con difundir el mensaje memorialístico sólo a través de las ondas hertzianas que con sus postes repetidores permiten que se escuche canal sur Radio y Radio Andalucía Información sólo por la geografía andaluza. Hemos sido ambiciosos y hemos querido llevar nuestro mensaje a toda España y al resto del mundo. Tratando, tal vez, de proyectar la idea universalista de Blas Infante partiendo de la base de un trabajo, hecho desde Andalucía, que sirva para España y la humanidad.
La evolución de la recuperación de la memoria histórica como movimiento social que irrumpe el año 2000 a raíz de la primera exhumación de una fosa común con metodología científica, en Priaranza del Bierzo (León) ha ido, pues, en paralelo con el avance imparable de las nuevas tecnologías de la comunicación. [En este sentido, quiero contarles que también nos vimos sorprendidos porque el perfil de la audiencia no era tan mayor, tan de jubilados como esperábamos, sino que había y hay mucha más gente entre 25 y 40 años interesada en nuestras emisiones, confirmando que a este movimiento social también se le denomine como el de “la rebelión de los nietos”]
Hemos tenido que estar pendientes de novedades en el fondo y en la forma. Y, la verdad es que, conforme hemos ido mirando en la trastienda de las nuevas tecnologías, nos hemos ido sorprendiendo por el interés que despertaban los contenidos de los programas, accesibles tanto a través del blog específico de La Memoria como de la web de Canal Sur. En ambos sitios hemos contabilizado por decenas de miles tanto las visitas como las descargas para saber del programa y escucharlo no cuando se programa, sino cuando venga bien. Y hablamos de visitas en más de medio mundo, más de 100 países, aunque hemos podido comprobar la coincidencia entre el mayor interés exterior por nuestra programa con los países europeos y latinoamericanos con más presencia de españoles con motivo del exilio político y la emigración económica de la postguerra y el franquismo: México, Argentina, Francia, Alemania. Unos descendientes del exilio y de la emigración a los que les hemos dedicado programas y que nos siguen. [Como nos siguen también desde EEUU, desde alguna de cuyas universidades se han interesado por nuestro programa, como la profesora de literatura española de la Universidad de Iowa, Kathy Korcheck, que se ha convertido en una auténtica propagandista de la recuperación de la memoria histórica española y de nuestro programa en Estados Unidos)
Todo esto demuestra la fuerza que cobra la comunicación con las nuevas tecnologías, un instrumento que también hemos aprovechado para socializar nuestras emisiones, que en todo su historial de casi 200 programas están disponibles para ser descargadas y escuchadas en cualquier momento y desde cualquier lugar del mundo.
Hablamos de un programa de radio, de historias de la radio. De una radio que poco tiene que ver con la que hace 75 años sufrían los andaluces que tenían que soportar cada noche los aterradores y amenazantes discursos de Queipo de Llano, alentando al genocidio contra la población y a la violación de las mujeres. Era la radio como instrumento mediático de represión que se podía escuchar a duras penas con aquellos rudimentarios receptores de galena. Algo muy distinto a la radio actual con su proyección global por Internet que ahora se nos presenta como un instrumento mediático de servicio público para que no sólo Andalucía, sino todo el mundo pueda conocer la evolución de un proceso social tan necesario, saludable e higiénico como el de la recuperación de la memoria histórica, que no pretende abrir heridas, sino cerrarlas, sobre la base del conocimiento riguroso y contrastado de la verdad que durante tanto tiempo se nos ocultó.
Aunque pueda estar de más decirlo aquí, ante un auditorio convencido, debo decir en este edificio que siglos atrás fue religioso –iglesia del convento de Nuestra Señora de los Reyes de Sevilla- que el de la recuperación de la memoria histórica es un proceso “justo y necesario” que poco tiene que ver con el revanchismo con el que es criticado desde sectores conservadores. Al menos esa es mi impresión a lo largo de este apasionante trayecto profesional que llevo recorriendo semana tras semana, ya que puedo asegurar que entre los aproximadamente 150 víctimas del franquismo que he entrevistado -octogenarios y nonagenarios ya-, no he visto nunca ese supuesto afán de revancha, sino más bien la necesidad casi vital de romper con un largo y obligado silencio, y la de contar su verdad, bien distinta a la distorsión histórica con que el franquismo nos lavó el cerebro y que todavía perdura.
Y termino ya. Hemos intentado estar a la altura de una necesidad social que surgió con el milenio y a la altura de los cambios tecnológicos que no dejan de producirse.
Y seguiremos mientras nos dejen y haga falta… mientras exista esa necesidad social de búsqueda de la verdad para cerrar heridas… con una radio pública andaluza que, hoy por hoy, da ejemplo de compromiso social con esta ventana de La Memoria abierta al mundo.
Pero no perdamos de vista que para esa supervivencia será indispensable que en España se mantenga el servicio público de radiotelevisión, un servicio que en toda Europa es considerado como uno de los pilares fundamentales del Estado democrático.
Muchas gracias