Homenaje a los 1.500 andaluces deportados a los campos de concentración nazis

El pasado día 16 de marzo de 2009 se celebró en el Parlamento de Andalucía, con la presencia de la presidenta de la institución, Fuensanta Coves, el acto de entrega de los XVI Premios «28 de Febrero» de Radio y Televisión. Como ya informamos en este blog, el primer premio en la modalidad de Radio correspondió al programa «La Memoria» por la serie de cuatro programas consecutivos emitidos con el título «Andaluces en los campos nazis», entre mayo y junio de 2008, dedicada a los andaluces supervivientes de los campos de concentración nazis, con quienes recorrimos Mauthausen con motivo del 63º aniversario de la liberación del recinto. Recogió el premio el director del programa, Rafael Guerrero, cuyo discurso reproducimos a continuación.



DISCURSO DE RAFAEL GUERRERO, DIRECTOR DE «LA MEMORIA», POR EL PREMIO «28 DE FEBRERO» CONCEDIDO AL TRABAJO «ANDALUCES EN LOS CAMPOS NAZIS»

Gracias, presidenta. Y gracias al jurado por este premio «28 de febrero» del Consejo Asesor de RTVE-A, enPremios 28 F 16 3 09 Parlamento Andalucia 042 B nombre del equipo que intervino en el trabajo:   Manolo Vicente, Antonio Martínez, Carlos Conde, Eva Nápoles, Bernardo Peña y Daniel González.  Y en el nombre de los compañeros que se han sumado después o han pertenecido antes al equipo de «La Memoria», como Elena Zájara, César González y Javier Reyes.
Con profesionales solventes como ellos da gusto trabajar.

Y por supuesto, he de hacer mención a la compañera Sandra Camps, de RNE, Premios 28 F 16 3 09 Parlamento Andalucia 028 Bganadora del segundo premio de radio, que con un excelente reportaje radiofónico de esos que hacen la radio visible describe con autenticidad en su trabajo «Centro de aprendizaje de las Tres Mil Viviendas», dentro del programa «En primera persona», la gran labor de reinserción escolar con niños de etnia gitana en un barrio problemático de Sevilla.

Permítanme que les hable ahora de «Andaluces en los campos nazis», porque quiero dedicarles este reconocimiento justamente a los 1.500 andaluces que sufrieron hasta el infinito dos guerras,  la civil española y la segunda mundial,  y que padecieron el infierno de los campos de exterminio del nazismo.

Imagen 158Se trata de una historia poco conocida. Pensábamos que las víctimas del holocausto nazi habían sido sólo judíos y rusos, pero no: el régimen de Hitler masacró también a hombres y mujeres de muchas nacionalidades, entre ellas la española.

Las estadísticas no mienten: unos 12.000 españoles fueron deportados a los campos nazis, especialmente al complejo austríaco de Mauthausen y sólo sobrevivieron unos cuatro mil,   500 de ellos andaluces. Su odisea tuvo un denominador común, ya que tras huir del avance franquista a Francia, donde padecieron las duras condiciones de los campos de concentración franceses,  y sin tiempo para recuperarse, les sorprendió la Segunda Guerra Mundial y se alistaron en batallones de la Resistencia francesa contra la ocupación alemana. En su lucha, fueron apresados por los nazis y como Franco se desentendió de ellos y los consideró apátridas, los sirvió en bandeja para el calculado plan de exterminio de Hitler.

Ahora quedan pocos, muy pocos. Probablemente, los andaluces vivos que pasaron por aquella terrible experiencia se puedan contar con los dedos de una mano. Por eso, nos sumamos al viaje que el año pasado organizó la asociación Amical de Mauthausen, en una experiencia humana única e irrepetible para recorrer con un puñado de veteranos nonagenarios las instalaciones de Mauthausen,  que constituyen el recuerdo del mayor genocidio ha padecido la Humanidad. Una visita que, como dice el premier británico Gordon Brown, debería realizar cualquier persona al menos una vez en la vida. Justamente para tomar conciencia del nivel extremo de horror y barbarie que puede promover el ser humano.

Y créanme que la experiencia que vivimos con ellos recorriendo aquellos barracones, aquellos hornos crematorios, aquella apelplatz donde formaban desnudos a 20 grados bajo cero… todo aquello fue impresionante. Recuerdo cómo Juan Camacho, un almeriense que acabó exiliado en Uruguay, fijaba su mirada donde estaban las alambradas electrificadas, y comentaba emocionado –pero eso sí, sin derramar ni una lágrima, porque ya no le quedaban- comentaba cómo algunos compañeros desesperados se tiraban a ellas para poner fin a su calvario, aunque él mantenía la moral diciéndole  por bajinis a la alambrada: «Ni yo pa tí, ni tú pa mi».

No han podido venir a este acto porque están muy mayores y viven lejos, en Francia o en Uruguay, y porque el que hubiera podido acercarse, porque había regresado a su Andalucía, tras un largo exilio en Francia y en Venezuela, falleció en Baza, tres semanas después de entrevistarlo –fue la última vez que contó su vida y lo hizo para todos los andaluces-. Era José María Villegas, de 91 años, granadino natural de Caniles, que llegó a tener bajo su mando en la batalla del Ebro al mariscal Tito, que sería mucho tiempo presidente de Yugoslavia, y que trabajó en los penosos túneles del campo de Dora, donde fabricaban los potentes misiles V2 que lanzaban sobre Londres.

Visitando el subcampo de Gusen, en cuyo horno se convirtieron en cenizas más de 4.000 españoles, nos encontramos circunstancialmente con otro deportado andaluz, el jiennense Francisco Ortiz, que comentaba orgulloso para Canal Sur Radio cómo consiguió robar una pistola a los temibles SS una pistola que escondió en la pared junto a una bandera republicana que acabó regalando a Zapatero, aunque el presidente del Gobierno español se la acabó devolviendo.

También entrevistamos al decano de los deportados andaluces, el cordobés Virgilio Peña, de 94 años, que compartió barracón en el campo alemán de Buchenwald con Jorge Semprún, allí donde conoció también al líder socialista francés León Blum.

Podría decirse que esos andaluces deportados a la fría Centroeuropa fueron los más olvidados bajo la vergonzosa losa de silencio con que el franquismo sepultó a los perdedores de la Guerra Civil española.

Premio 28 F R Guerrero 16 3 2009 BPues bien, de este largo y espeso olvido, hemos intentado sacar desde Canal Sur Radio a estos supervivientes andaluces del infierno, cuyos testimonios únicos recordando in situ su calvario vivido de jóvenes,  hemos ofrecido a todos los andaluces y a todo el mundo por Internet en «La Memoria», el único programa radiofónico en lengua española dedicado a la memoria histórica. Un compromiso pionero y único promovido desde la radio pública andaluza, que se traduce en tres temporadas de emisiones con un centenar de programas,  con miles de descargas a través de la red y con decenas de miles de visitas al blog,  que lo sitúan entre los de mayor proyección internacional de Canal Sur y que tiene su principal recompensa –aparte de este honroso premio- en el amplio y creciente seguimiento por parte de una audiencia repartida por todo el mundo, en el marco de la globalización.

La radio pública andaluza es sensible así a la corriente social en pos de la recuperación de la memoria histórica,  que han impulsado los nietos de aquellas víctimas, después de haberse sacudido el miedo que atenazó a sus padres y abuelos, unos nietos que se preguntaban por el abuelo que murió en la guerra,  sin encontrar respuestas sinceras.
Pese a la proliferación de libros y películas sobre una guerra que acabó hace 70 años y de la larga postguerra que le siguió, se trata de un episodio bastante desconocido y poco explicado. Baste echar un vistazo a la simpleza con que los actuales libros de texto escolares despachan nuestra Guerra Civil y las casi cuatro décadas de franquismo, algo incomprensible, sobretodo tras el exhaustivo «lavado de cerebro colectivo» –como diría el hispanista Paul Preston- al que la dictadura sometió a los españoles.

No pretendo extenderme mucho más, pero permítanme hacer una reflexión final al hilo de la memoria,     de la necesidad de recordar.

Las nuevas generaciones de periodistas que acceden ahora a las redacciones de los medios en España,   vienen lastradas por estas lagunas de conocimiento, pero también por la ausencia de una memoria vivida,   ya que han nacido y crecido, para su suerte, en democracia.

Premios 28 F 16 3 09 Parlamento Andalucia 001 BQuienes pertenecemos a una generación que ha vivido profesionalmente la dictadura y la Transición democrática española   observamos con preocupación –como bien dice el maestro Antonio Ramos, hoy también premiado con su excelente trabajo «Presas al otro lado de la reja», de la serie «Andaluzas» de Canal Sur Televisión–  cómo la nueva dinámica empresarial en los medios «les ha robado el corazón a las redacciones», unas redacciones que se están vaciando de memoria, de periodistas veteranos que aportan un back ground fundamental para contextualizar, para encontrar explicación y antecedentes a muchos de los hechos que suceden en la España actual, y para entender cómo Andalucía ha evolucionado y hoy es lo que es.

Ya termino. Se quejaba hace pocas semanas en una entrevista el escritor granadino Francisco Ayala –que hoy cumple 103 años, que eso sí que es memoria histórica viviente-…, se quejaba mi centenario pero lúcido paisano de que «los periodistas están perdiendo su virtud de impertinencia». Se refiere a la necesaria impertinencia intelectual,  no a la osadía de esa legión de paparazzis con alcachofa que, jaleados por sus empresas, corren para cobrarse la pieza barata del derecho al honor y a la intimidad, denostando al buen periodismo.

Miguel Ángel Aguilar, en un reciente artículo comentando la opinión de Ayala, iba más lejos y se preguntaba si corremos el peligro de una pérdida más radical: «la de la función que venían llevando a cabo los periodistas; arrumbados, como van quedando por el viento de la historia y de las nuevas tecnologías a la playa de la insignificancia».

Puede que para los gestores económicos de los medios de comunicación, constituya un recurso fácil quitarse de en medio a esos periodistas veteranos, máxime en una época de crisis, en aras de ERES. Unos Expedientes de Regulación de Empleo, unos recortes de plantilla y unos despidos que están mandando al paro a cientos de periodistas y trabajadores de los medios, que dentro de poco serán miles.

Esperemos que las redacciones recuperen el corazón y no pierdan la memoria, una memoria con la que hoy honramos a esos protagonistas de la Historia que han dejado ya de ser anónimos, a esos 1.500 andaluces que murieron y sobrevivieron en los campos de concentración nazis.

Muchas gracias

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FOTOS.- De arriba abajo. Equipo del programa (César González, Bernardo Peña, Eva Nápoles, Antonio Martínez, Rafael Guerrero, Daniel González, Elana Zájara y Carlos Conde. Falta Manuel Vicente). Retrato de familia de los galardonados en las modalidades de radio y televisión en los Premios «28 de Febrero». Los deportados recorren Mauthausen más de 60 años después de su calvario: David Moyano, José Alcubierre, José María Villegas y Juan Camacho. El director del programa, durante su discurso. Y finalmente, Rafael Guerrero, posa tras recibir el premio junto a la presidenta del Parlamento de Andalucía, Fuensanta Coves, el presidente del Consejo Asesor de RTVE-A, Juan Paniagua y el presidente de Cajasol, Antonio Pulido.

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RECORDATORIO

«La Memoria» cambia de fecha y hora de emisión desde el 16 de Abril de 2009. Su duración se reduce a media hora y será de 23,30 a 24,00 horas cada jueves. Se repetirá los domingos de 8,30 a 9,00 de la mañana. Sólo en Radio Andalucía.

3 comentarios en “Homenaje a los 1.500 andaluces deportados a los campos de concentración nazis

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