– EL PRECIO DE LA PROTESTA.- En los últimos años cerca de 300 personas han sido imputadas por participar en piquetes informativos o en algunas protestas. Se les toma declaración por cometer posibles delitos de coacción o contra el derecho de los trabajadores. Multas o cárcel son las penas a las que se enfrentan. Las centrales sindicales entienden que se ha iniciado un proceso de represión para impedir la movilización ante los recortes laborales o sociales. De hecho, esta misma semana realizaron una movilización para denunciar públicamente lo que consideran un ofensiva contra el derecho de huelga. ¿Justicia o represión? Casi un centenar de trabajadores tienen todavía procesos pendientes en diversos juzgados, y el año pasado fueron multados más de 1.100 sindicalistas por ese tipo de acciones. Conoceremos la situación de algunos de estos afectados en Andalucía.
– ¿PARA CUÁNDO EL PRIMERO?.- La crisis, la falta de ayudas y las dificultades de conciliación de la vida familiar tienen como consecuencia el retraso en la decisión de ser madre. De hecho, más de la mitad de las españolas lo son tardiamente. Cae el número de nacimientos por debajo del medio millón al año, y la edad de la maternidad se sitúa en más de los 31 años, estando el número de hijos apenas por encima del 1,3 uno de los más bajos del mundo. Hace cincuenta años, en Andalucía era de más de tres hijos. Pero detrás de la libre decisión personal de una mujer de ser madre o no, el retraso en tener el primer hijo se ha convertido en un problema económico y social que influye en el futuro del país, y que se ve agudizado por la emigración de gente joven.
– A LA CALLE CON LA MÚSICA.- En cualquier plaza o rincón de una calle andaluza, o a los mismos pies de la Alhambra. Esos son los escenarios en los que desde hace un año y medio se les puede encontrar interpretando a Brahms, Mozart o Beethoven. Aunque la mayoría no haya cumplido aún los 30 años, se trata de una quincena de músicos profesionales y amigos que tienen muy clara su vocación. Residen en distintas ciudades andaluzas y se han educado juntos musicalmente. Forman parte de la Orquesta di la Strada, la Orquesta de la Calle, con la que buscan contagiar la pasión por la música clásica y combatir la difícil situación que viven los intérpretes como ellos, que tras una larga preparación tienen una difícil salida laboral.