– SIN PUENTES.- El año 2014 recién iniciado presenta un calendario en el que apenas aparecen puentes que disfrutar. Lo que para la mayoría de los ciudadanos significa un inconveniente de cara a disfrutar unos días extra de asueto, para otros es un indicativo de que se va a conseguir una mayor productividad en la empresa. Pero no es tan sencillo en análisis, pues algo que parece favorecer la rentabilidad laboral, supone un contratiempo para otros sectores tan importantes en Andalucía, como el turismo. La hostelería y los alojamientos, por ejemplo, se resienten de esa falta de movilidad que propician esos días festivos entre semana.
– LA DROGA A DEBATE.- La decisión de Uruguay o del estado norteamericano de Colorado para despenalizar la marihuana reabre de nuevo el debate sobre la ideoneidad o no de ejercer un control legal sobre las drogas. Frente a ellos, en la mayoría de los lugares se mantiene, en cambio, la apuesta por las medidas represivas. Lo cierto es que las drogas ilegales suponen el mayor mercado del mundo con 230 millones de consumidores, y dejan tras de sí un siniestro rastro de muertes, presos, familias destruidas, delincuencia, corrupción, tráfico ilegal, dinero negro y grandes grupos de poder que son capaces de imponerse a algunos gobiernos. Legalizar o no su distribución es una comprometida decisión pues afecta a campos tan variados como la salud pública, la seguridad, o los ingresos fiscales.
– A OSCURAS.- Esta semana la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia decidió que hubo anomalías en la subasta del precio de la electricidad, pero no impone sanciones. Ha sido el último episodio de la puja que han mantenido el gobierno y las empresas eléctricas por la subida del precio de esta energía. El déficit, la producción, las subvenciones, son temas que han provocado el choque entre el Ministerio de Industria y las compañías productoras y distrubidoras. Aun así, desde que se privatizó ENDESA, el precio de la luz en España no ha dejado de incrementar por encima de la media de los países europeos, siendo, de hecho, una de las más caras de Europa, con grave perjuicio para empresas y hogares. ¿Cómo se justifica ese recibo tan abultado?