– LAS SOMBRAS DE UNA LEY.- El anteproyecto de ley de Seguridad Ciudadana aprobado por el Consejo de Ministros se debate entre la polémica y las dudas constitucionales, como ya han manifestado diferentes órganos. Así, por ejemplo, el Consejo General del Poder Judicial duda de constitucionalidad de hechos como las retenciones de personas que se nieguen a identificarse ante la Policía, o el papel adjudicado a las empresas de seguridad privada. Para unos se trata de una ley mordaza que endurece las sanciones para restringir derechos; mientras que para otros es una norma necesaria para evitar desórdenes. Por ejemplo, pitar al himno y ofensas a instituciones o emblemas serán infracciones graves, como también lo serán la resistencia a la autoridad, o manifestaciones que inciten a alterar la seguridad ciudadana. Algunos de estos actos podrían acabar en multas que llegarían hasta las 600.000 euros. Pero también incluye otros elementos, como practicar actividades deportivas en espacios no habilitados, pues si impide el paso u ocasionan daños podrían sancionarse con hasta 1000 euros.
– LOS MUROS DE LAS TRES MIL.- Exponente de lo que se ha considerado como modelo de chabolismo vertical, más de 50.000 habitantes residen en la popular barriada sevillana conocida como las Tres Mil Viviendas, en la que se integran varios núcleos diferentes. Desde su nacimiento ha estado aislado por grandes infraestructuras y barreras físicas lo que dificultaba las relaciones sociales y humanas con el resto de la ciudad. Se creó así un entorno en el que, a veces, por dejadez de las administraciones, y otras por la dificultad de prestar servicios, se dieron condiciones poco propicias de violencia e insalubridad. En consecuencia, se han tenido que poner en marcha en los últimos años varias iniciativas para superar esa situación y evitar la marginalidad, para no dejar que esa zona del Polígono Sur se convirtiera en un gueto ajeno a la ley y a la convivencia. En el barrio se lucha cotidianamente para romper los muros físicos y sociales que la rodean. Un lugar que su día a día se construye con el estigma de las drogas, las armas y el flamenco.