Programa del sábado 16/03/2013: Nuevo papa. Edificio ocupado.

– EL NUEVO PAPA.- La elección del cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario
Bergoglio, como sumo pontífice, ha sido interpretado como un cambio
significativo dentro de la iglesia. Es el primero de Latinoamérica,
continente donde el catolicismo se muestra más pujante y donde más fieles
tiene. Es también el primer jesuita, una compañía con peso histórico frente
a otros movimientos con menos tradición en la iglesia que habían sido
favorecidos por los últimos Papas. Igualmente, el nombre escogido,
Francisco, se asocia a su propósito de acercamiento a los más
desfavorecidos y a una mayor labor evangelizadora. Se dice de él que es un
hombre afable, humilde, buen gestor, pero dispuesto a pelearse para
defender sus convicciones morales. Tiene ante sí el reto de mantener la
continuidad en una institución secular y a la vez modernizar su
funcionamiento, afrontando muchos retos pendientes, como la participación
de la mujer, el celibato o la pérdida de vocaciones. No pertenece a la
curia, lo cual se considera que le ofrece más libertad, pero sus 76 años
apuntan a que no podrá acometer reformas que contemplen el largo plazo. La
figura del nuevo Papa, en Los Reporteros.

–  DE  LA  UTOPIA  A  LA REALIDAD.- La vida en un bloque de pisos que se ha
convertido  en  una  seña reivindicativa en Sevilla, en la que predomina la
iniciativa  de  las  mujeres. Se trata un edificio ocupado por 36 familias.
Algunas de ellas fueron desahuciadas de sus viviendas por no poder pagar la
hipoteca;  otras  perdieron  sus  empleos  y  no  podían pagar un alquiler.
Decidieron realojarse en un edificio acabado que permanecía vacio ya que la
empresa  propietaria  quebró.  Ahora  intentan  llegar  a un acuerdo con la
entidad financiera que se hizo cargo del mismo, para poder usar la vivienda
y  tener  un techo bajo el que guarecerse. Mientras, llevan casi un año sin
luz  ni  agua,  pero  no  decaen  sus  esperanzas. Se autodenominan Corrala
Utopía,  para  recuperar la idea de vida comunitaria que fue característica
en siglos anteriores, y porque funcionan de manera asamblearia, tomando las
decisiones  de forma colectiva y, siempre que sea posible, por consenso. Su
utopía es conseguir el derecho a una vivienda digna.

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