Archivo por días: 9 febrero 2012

Programa del sábado 11 de febrero de 2011

– EL TESORO DEL ODYSSEY.- En 2007 la empresa norteamericana buscadora de
barcos hundidos, Odyssey, hizo público el rescate de un tesoro de más de
500.000 monedas de oro y plata valorado en unos 400 millones de euros.
Llamaron al barco hundido Cisne Negro. Desde entonces el gobierno español
se ha afanado en demostrar ante los tribunales norteamericanos que ese
pecio era en realidad la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, un navío
de la armada española que se hundió en 1804 al regresar de América, frente
a las costas del Algarve. Tras un largo periplo judicial, un tribunal de
Florida ha dictaminado que el barco y su cargamento pertenecen al Estado
español, y que el tesoro debe ser reintegrado inmediatamente. En un último
intento por retrasar su devolución la compañía estadounidense ha recurrido
de urgencia al Tribunal Supremo de Estados Unidos. Se acerca el final de un
conflicto que puede sentar precedente para los miles de barcos españoles
hundidos a lo largo de la Historia, muchos de ellos en las costas
andaluzas.

– LAS 17 ROSAS.- Hace 74 años, las tropas franquistas entraron en Guillena
y puesto que la mayoría de los varones había huido por temor, como medida
ejemplarizante detuvieron a 19 mujeres, con edades entre los 20 y los 70
años. Algunas estaban embarazadas, otras tenían hijos. Estaban casadas o
eran familiares de hombres que pertenecían al bando republicano o eran
sindicalistas, y esa fue la causa por la que fueron fusiladas todas salvo
dos. Antes, quisieron también humillar a las 17 restantes, rapándolas,
paseándolas por el pueblo y llevándolas a misa. Después las montaron en un
camión y las condujeron a Gerena. Era noviembre de 1937. Ahora sus restos
han sido exhumados allí, en una fosa dentro del cementerio de Gerena. La
desaparición estaba documentada y las familias han vivido todo este tiempo
con el vacío de la incomprensión institucional. Ahora, los restos de las 17
Rosas de Guillena, pueden ser identificados, y, en consecuencia, ser
enterrados dignamente para poder cerrar así una trágica etapa del pasado.