– JORNALEROS: Con motivo del Día del Trabajo, nos ocupamos del campo, un sector que vive inmerso en una profunda crisis de empleo debido a la gran transformación que ha sufrido en las últimas décadas. En apenas 8 años el número de afiliados ha bajado en 300.000 personas, y curiosamente, abunda la mano de obra femenina. La crisis de la construcción ha provocado un cierto repunte en su demanda, pero, precisamente este no está siendo un buen año. Las adversidades climatológicas han impedido muchas labores y, de hecho, las abundantes precipitaciones han provocado la pérdida de unos 5 millones de jornadas de trabajo. Esto implica que muchos jornaleros no han podido acumular las 35 peonadas necesarias para cobrar el subsidio o la renta agraria. Tan complicado ha sido que el gobierno, de manera excepcional, ha tenido que modificar los requisitos y reducir a 20 los días cotizados para alcanzar esta prestación. En el campo hay quienes se rigen por el régimen general de la Seguridad Social y quienes lo hacen por el régimen especial agrario, y en ambos casos, sus condiciones no son tan sencillas como, a veces, se plantea desde el desconocimiento, ya que, por ejemplo, proporcionalmente pagan más que los asalariados por cuenta ajena.
– EL RECIBO DE LA SGAE: La defensa de los intereses de sus asociados ha convertido a la Sociedad General de Autores Españoles en una de las compañías peor valoradas en los últimos años. A algunas de sus reclamaciones parece acompañar la polémica, y no se entiende muy bien su afán por cobrar por el uso del Himno de Andalucía, o por conciertos benéficos, por la música de las charangas o por la representación de García Lorca por alumnos de un instituto, o cuando un pueblo representa El Alcalde de Zalamea. No todos están dispuestos a acceder a sus pretensiones recaudatorias, y por ello tiene pendiente más de 10.000 juicios. Y todo por su manera de gestionar la representación de casi 100.000 creadores e intérpretes, y reclamar en su nombre una cantidad por el uso de sus composiciones. En bodas, en bares, en conciertos… No es un monopolio, pero prácticamente, opera como la única sociedad privada que gestiona estos derechos. Aunque algunos han decidido ir por libre y no quieren ser representados por estas siglas. A la polémica se sumó el pago del canon digital por el uso de material electrónico, que necesariamente, no tiene porqué ir destinado a la copia de sus productos. Esta semana, la SGAE ha presentado sus cifras en Andalucía.